Escribir comedia es más difícil de lo que parece, pero no te preocupes, los consejos siguientes te ayudarán a escribir historias plagadas de humor.

El humor es algo muy subjetivo. Siempre hay cosas que harán reír a unos, mientras que dejarán indiferente a otros. En esta sección, vamos a explicar trucos que te ayudarán a crear historias o escenas donde la comedia está tan bien planteada que puede hacer reír a -casi- cualquiera. 

Si quieres escribir una historia enteramente de comedia (no solo escenas sueltas) lo primero que tienes que saber es de qué tipo vas a hacerla. Hay muchos tipos de comedia, pero en esta sección de hoy vamos a hablar de dos grandes categorías: Comedia pura y comedia negra.

1. Comedia pura:

La idea del plot, los personajes, y la situación en sí es muy graciosa o tiene mucho potencial de comedia:

Es cuando piensas en una idea que, con solo contar resumidamente de qué trata, generas el interés o la risa de las personas, como si se tratara de un chiste. Algunos ejemplos serían:

  • Cuatro hombres se van de despedida de solteros en las vegas, pasa algo por la noche y pierden al novio. Tienen que recordar qué hicieron y encontrarlo antes de la boda.
  • Una chica va a casarse e invita a sus tres posibles padres a la boda. Su madre no sabe nada.
  • Dos agentes del FBI negros se disfrazan de señoras pijas rubias para investigar un caso.

2. Comedia negra:

El contexto de la historia es muy serio, pero los personajes crean situaciones surrealistas que brindan humor. El género podría considerarse parodia, ya que los personajes NO son realistas:

  • Historias de comedia de guerras mundiales. 
  • Historias de comedia de zombis, el final del mundo…
  • Historias de miedo o asesinatos con comedia.
  • Historias que explican la desgraciada vida de alguna persona, pero de forma graciosa.

Es importante repetir que los personajes, especialmente los secundarios, NO SON REALISTAS. En una historia de nazis, puede haber escenas graciosas, pero nunca veremos a Hitler bailar sobre una mesa con un tutú puesto, por poner un ejemplo. Si eso ocurriese, sería comedia negra como mínimo.

Por ejemplo, Anna Frank trata sobre una judía que se oculta de los nazis, no tiene nada de comedia ya que es un género trágico y dramático. Por otro lado, tenemos a Jojo Rabbit, que trata de un niño muy fan de Hitler que oculta a una judía en su casa. Visto de forma externa, ambas parecen películas muy serias, la diferencia es que Jojo Rabbit tiene muchos elementos de comedia porque hace caricaturas y parodias de cómo se comportaban los nazis. Los personajes son cómicos, y el amigo imaginario de Jojo Rabbit es un Hitler ridículo, irrealista y exagerado.

***El equilibrio entre el humor y el respeto es muy importante***

Todas, pero especialmente el segundo tipo de comedia, necesitan tener un equilibrio esencial entre el humor y el respeto. La historia de Jojo Rabbit se ríe de los nazis de una forma inteligente. El protagonista es muy fan de Hitler, pero claramente la historia lo enmarca como algo que está mal. 

Esto último es algo que ha de quedar muy claro, comprender en qué momento se puede cruzar la línea, y en cual no. De otra forma, una gran parte de los lectores o espectadores no lo van a considerar gracioso, sino que de hecho les va a enfadar.

3. Escenas de comedia

Hemos hablado de historias donde todo gira entorno a la comedia, pero ahora vamos a dar tips de cómo escribir escenas sueltas de comedia que se pueden insertar en CUALQUIER tipo de historia, sea del género que sea, y que van a causar risa de forma segura (¡si se hacen bien!)

1. La triada (A + A + A’) (Dos escenas casi iguales, y la tercera, cuando piensas que va a ser igual, cambia)

Este truco significa que vamos a escribir tres escenas muy similares, excepto que en la tercera va a haber un giro que va a resultar inesperado y gracioso.

Por ejemplo:

A -> En su barco, el capitán Jack Sparrow intenta mirar al horizonte con su catalejo. Barbossa, el otro capitán, se ríe y saca su propio catalejo, que es mucho más nuevo y elegante que el de Jack. Jack se deprime.

A -> Otra vez, Jack usa su catalejo para intentar ver que hay en el horizonte y Barbossa se ríe y le dice que tire esa porquería. 

A’ -> Barbossa mira al horizonte con su catalejo, y esta vez Jack saca su nuevo catalejo, que es ultra largo porque es una fusión de muchos catalejos. Jack gana.

Es importante que las dos primeras escenas sean muy similares, porque de esta forma, hacemos creer al lector que la tercera también será igual, y es en ese momento cuando le sorprendemos con algo inusual y gracioso. Si solo fuera A+A’, no causaría tanta gracia porque no existiría el efecto sorpresa.

Otro ejemplo versión diálogo:

“Vale, vamos a ver qué crímenes han cometido estos perros; Bob se comió los deberes, Thor persiguió al gato de la vecina, Tobi no dio la patita, y Rasputín tiene cargos de asesinato y extorsión.”

En este caso, es A+A+A+A’, ya que no nos esperamos el crimen de Rasputín y eso nos hace gracia.

2. Running gag (Una misma broma que se repite en escenas diferentes a lo largo de la historia) 

Es cuando un chiste se va repitiendo a lo largo de la historia. Al principio nos ha hecho gracia, pero es que a la quinta sigue haciendo gracia porque nunca nos lo esperamos. Running gag podría traducirse como broma recurrente.

Por ejemplo, en Piratas del Caribe, cada vez que Jack Sparrow escapa de sus enemigos subiéndose a su barco, siempre intenta decir ‘Recordaréis este día como el día en que casi capturáis al capitán Jack Sparrow’ pero esta frase siempre queda interrumpida por una ola que se le tira encima, haciéndole quedar en ridículo. Este running gag pasa en diferentes escenas de la película y siempre causa gracia.

3. Milking (exprimir una idea graciosa en una misma escena)

Es cuando hay una escena graciosa, y decides seguir exprimiendo la idea hasta el máximo, como si sacaras leche de una vaca. La reacción de los lectores ante esa escena sería empezar riendo bajito, luego más y más, hasta que acabaran con carcajadas. Para hacer milking, solo tienes que pensar en algo gracioso, e ir apilando más y más cosas graciosas sobre esa misma idea. ‘¿Y qué más podría pasar?’

Ejemplo: En ‘La boda de mi mejor amiga’ las protagonistas van a probarse vestidos de novia, pero empiezan a encontrarse mal de la barriga por algo que han comido. Al principio una va al baño a vomitar, pero luego la escena va escalando porque otra va al baño, y como el WC está ocupado decide cagar en el lavamanos, luego otra lo ve, le da asco, y empieza a vomitar encima de la que vomitaba, hasta que finalmente otra sale de la tienda para buscar un baño, no puede aguantar, y acaba cagando en medio de la carretera con el vestido de novia puesto.

La escena podría haber sido solo las chicas yendo al baño, pero han hecho ‘Milking’ de forma que han aprovechado todo el potencial de comedia hasta el final. La mejor manera de hacer milking es escribir una escena graciosa y preguntarte, ¿Cómo puedo hacerlo más gracioso? ¿Y más? ¿Y más aún?

4. La elipsis (Hacer tres escenas seguidas pero saltarse la del medio)

Es una elipsis ocurre cuando hay escenas 1, 2, y 3, pero no escribimos ni enseñamos la 2. Lo que ha pasado en la escena 2 es algo relevante, pero al ver la 3, los lectores son capaces de reconstruir lo que ha pasado y esto les causa aún más risa que si la hubieran visto/leído. Por ejemplo, 

“¿Estás loco? ¿Te piensas que me voy a poner a bailar el Hula hula así de la nada para entretener a los enemigos, mientras vosotros os coláis en su guarida? ¡No, no! ¡Por supuesto que no!” se quejó Timón.

“Bueno…” Suspiró Timón dos minutos después, llevando una falda Hawaiana y entreteniendo a los enemigos. “¿Quién quiere verme bailar otra vez?

Escena 1: Timón dice que no va a bailar. 

Escena 2: Los amigos convencen a Timón y él se viste con la falda hawaiana.

Escena 3: Timón baila frente a los enemigos.

En el ejemplo, nos hemos saltado la escena 2, ya que no es necesario enseñar como le convencen y como se pone la falda, solo viendo la escena 3 ya asumimos lo que ha pasado, y eso nos causa mucha más risa que si lo hubiésemos enseñado todo.

5. Decir algo y enseñar lo contrario

Los contrastes siempre son divertidos, y los podemos crear fácilmente cuando un personaje dice algo, y de repente pasa todo lo contrario, haciéndole quedar completamente mal. Por ejemplo:

«¡Y así es como el mejor héroe del mundo -ósea yo- vuelve a salvar la ciudad!» gritó el hombre vestido de mallas con una gran sonrisa a la vez que un meteorito chocaba contra la ciudad que ‘acababa de salvar’ «Oh… Esa no la vi venir.» susurró el héroe.

Al poner ‘Salvar la ciudad’ y luego enseñar dos segundos después que ha quedado destruida, genera una reacción de risas. Siempre suele ser más fácil hacer reír si se pasa de algo positivo a algo negativo en cuestión de segundos.

Otro ejemplo:

Me llamó Samanta Clair, tengo el pelo largo, rubio y sedoso. Vivo con mis padres en una mansión que tiene 7 baños, un caballo y 4 jacuzzis. A pesar de haber nacido en alta cuna, soy una chica humilde, trabajadora, muy querida entre mis compañeros de instituto y, ante todo, una señorita.

«¡Samanta, deja de escribir en tu diario y ayúdanos a borrar la pizarra» gritó un compañero de clase.

«¡Juan hijo de puta vuelve a desconcentrarme y la tiza que llevas en la mano te la meto como supositorio!» gritó Samantha.

En fin, querido Diario, como iba diciendo, ser una buena chica es difícil, pero es algo por lo que estoy dispuesta a esforzarme.

Cómo vemos, Samanta intenta dar una imagen positiva, pero dos segundos después demuestra su verdadera cara, y de nuevo vuelve a pretender a ser una buena chica. Estos cambios, aunque surrealistas, son una fórmula sencilla si quieres causar humor algo más surrealista.

 

6. Ironía dramática

Es una forma muy sencilla de hacer comedia, y sucede cuando el lector sabe algo, pero uno o varios de los personajes no conoce esa información. Por ejemplo:

Fiona se maquilló dentro del taxi a toda prisa, tenía que dar una buena presentación en la entrevista de trabajo y ya estaba llegando tarde. Mientras se estaba rellenando las cejas, el taxi pasó sobre un bache que le hizo perder el pulso.

«¡Ten más cuidado, por favor!» pidió Fiona, agobiada y sin darse cuenta de que se había dejado la ceja como si fuera un garabato.

«Sí, sí… ya hemos llegado.» dijo el taxista sin sentirlo mucho.

Fiona negó con la cabeza y salió del taxi directa al edificio donde conocería a uno de los CEOs más influyentes del mundo. Mientras estaba subiendo varias decenas de pisos en el ascensor, los oficinistas que compartían su espacio no paraban de mirarla, al principio con sorpresa, y luego sus hombros empezaban a temblar y se cubrían la boca con la mano. ¿Qué les pasaba? Se preguntó Fiona extrañada. Parecían reírse de algo… ¿de su ropa, quizás?

«Vale, ya lo pillo, sé que mi traje no es muy exclusivo,» se defendió Fiona, mirando a los oficinistas con esas cejas deformes que se había pal-pintado. «pero al menos soy una persona trabajadora y ante todo seria

Los oficinistas tuvieron que salir del ascensor para reír a carcajadas en el pasillo.

Con esta escena, nosotros y los otros personajes sabemos que Fiona lleva las cejas pintarrajeadas fatal, pero Fiona no lo sabe y empieza a hacer el ridículo. Cuando Fiona se mire al espejo y se de cuenta, la reacción que va a causar es de risa. Para hacer este tipo de escenas, solo debes ocultarle a tu protagonista información muy importante, y hacer que actúe de forma normal mientras que todo el mundo se da cuenta de eso que el protagonista no sabe (lleva papel de váter en el zapato, se ha puesto la camiseta al revés, su profesor está detrás mientras el protagonista despotrica sobre él, etc.)

7. Descontextualizar: No es lo que parece.

Otra gran forma de hacer comedia es jugar con la mente del lector. Hacerle pensar que en la escena pasa una cosa, y luego revelar que estaba ocurriendo algo completamente diferente. En las películas, esto se consigue fácilmente grabando de cerca las caras de los personajes teniendo una conversación en concreto, y luego grabándolos de lejos, de forma que vemos que la conversación y la situación en la que se encuentras es muy diferente. En un libro, expresar esta idea se haría de la siguiente forma:

Por ejemplo:

«Vale, ¿¡preparados para coger el ramo?!» gritó Josh emocionado, dando la espalda a todos los presentes de la ceremonia. Su traje negro y elegante hacía destacar aún más el bonito ramo de flores blancas que llevaba en las manos. «Y… y… ¡Ya!»

Con fuerza, Josh tiró el ramo de flores hacia atrás. ¿Quién lo cogería?

«¡Lo tengo!» de entre el grupo de personas se escuchó la voz emocionada de Adam, su primo menor. «¡Lo tengo!»

Josh se acercó a Adam para darle la enhorabuena, pero una mano en la espalda le dio un toque de atención.

«Perdone…» le dijo el cura, con expresión molesta. «¿Podría dejar de tirar el ramo del fallecido? Estamos en un funeral.»

En este ejemplo, le hacemos creer al lector que los personajes están en una boda, ya que solo mencionamos ‘Ceremonia’ ‘ramo de flores’ y a Josh llevando un ‘traje negro y elegante’. No es hasta después que revelamos que en verdad se encontraban en un funeral haciendo el gamberro.

¿Cómo se consigue realizar esta escena de comedia? Primero debes pensar en dos acciones parecidas que se puedan malinterpretar. (Por ejemplo, dos personas discutiendo un divorcio y en verdad están practicando para una obra de teatro) Cuando sepas las acciones, tienes que ir con mucho cuidado. Generalmente, recomiendo usar mucho dialogo y poco párrafo, cuanto menos describas y menos contexto des, mejor, y lo poco que describas deben ser cosas ambiguas que ambas escenas tengan en común. Finalmente, la revelación debe ser rápida y directa, a través de una descripción, o de un dialogo.

En el ejemplo anterior, hemos usado el dialogo del cura para revelar el contexto: «Estamos en un funeral.» <- Directo, la sorpresa es muy intensa.

Si hubiese sido una descripción, podría haberse dicho lo siguiente: 

Josh se acercó a Adam para darle la enhorabuena, pero el cura, que había estado observando la escena con ojos como platos (o ostias, en su caso), se interpuso entre los dos, le arrebató el ramo a Adam, y con una voz más endemoniada que santa, les dijo que por favor dejaran de jugar con los ramos de los muertos en medio de un funeral.

Ambas opciones son factibles, pero como cualquier buen chiste que se aprecie, la sorpresa siempre debe estar al final de la frase. Como si en una película hubiésemos cambiado del plano de la cara, al plano del lugar entero. Descontextualizar -> Contextualizar.

8. Romper expectativas

Todos conocemos los estereotipos más populares como la rubia tonta, el deportista popular, la niña pequeña adorable o el camionero rudo. Justo por eso, al romper esas expectativas también se le puede generar una reacción divertida y de sorpresa al lector. Un claro ejemplo de esto podría ser la mariquita de la película Bichos. 

En su escena de presentación, podemos ver a una mariquita adorable actuando en el circo y a varias moscas en las gradas que le tiran cumplidos de forma poco agradable. La mariquita, al oirlos, se acerca a ellos con una cara mona, y cuando está a un palmo de sus caras, se quita la corona que lleva, y con la voz más masculina posible, les dice «¿¡Qué?! ¡¿Cómo soy una mariquita tengo que ser una chica?!»

La escena es cómica porque juegan con nuestras expectativas. Asimilamos mariquita como un bicho femenino, y le damos la vuelta convirtiéndolo en un hombre muy masculino. Esto, en un libro, podría verse de la siguiente forma:

Hans se moría de hambre. No había podido robar nada esa tarde y se estaba haciendo de noche. ¿De verdad se iría a dormir de nuevo sin comer? En la calle todas las tiendas habían cerrado. Solo había un grupo de músicos callejeros y una niña comiendo un donut… ¡Un donut! Era su día de suerte. Hans lentamente se acercó a la niña, que era bajita y rubia, con cara de ángel y ojos inocentes que aún no se habían fijado en Hans. Robarle ese Donut sería pan comido. Sigilosamente, Hans alargó la mano para alcanzar su futura cena cuando de pronto, la niña, como si se le hubiese encendido el tercer chi, le cogió del brazo cual ninja y le hizo una llave de kárate, tumbándolo en el suelo.

«Hola» saludó la niña con voz adorable y dándole un mordisco a su donut de forma casual, como si no le hubiese Jackie-Chaneado hacía unos segundos. «¿Ibas a hacer algo?»

Hans tragó saliva, «…No, nada.»

Aquí podemos apreciar el cambio de niña indefensa a niña ninja, pero se puede hacer con una infinidad de estereotipos. Solo debes pensar en un estereotipo, hacer pensar al lector que va a ser así, y luego darle la vuelta en el momento más inesperado.

8. Otros

Hay miles de formas de escribir humor. Aquí se han mencionado algunas técnicas muy recurrentes y que siempre suelen funcionar. Si no tienes inspiración o no se te ocurre nada, puedes utilizar anécdotas reales graciosas que te hayan ocurrido y modificarlas para que queden bien en tu historia.

5. Los personajes en comedia:

Si todos están completamente locos, entonces la historia deja de resultar graciosa porque no nos podemos identificar con nadie. Este es un punto muy importante que siempre debemos recordar. Hacer personajes locos interactuando y haciendo cosas estúpidas sin ton ni son no es gracioso, es de vagos. La buena comedia siempre es inteligente, aunque pueda no parecerlo, requiere mucha habilidad para encontrar la forma y el tiempo perfecto para contar algo gracioso.

Para escribir personajes en comedia, puedes seguir alguna de estas estructuras: 

  • El protagonista es el único que es normal

En las historias de comedia, generalmente el protagonista es una persona normal, que se comporta más o menos como tu y yo lo haríamos en su situación. En cambio, el resto de personajes secundarios están como una cabra, y este hecho nos resulta gracioso porque vemos a alguien normal intentando sobrevivir en un mundo de locos.

Ejemplo: En Buscando a Nemo, Marlin es un padre cuyo hijo ha sido secuestrado. Aún así, su compañera tiene problemas de memoria, los tiburones son veganos, las tortugas se comportan como surferos y, en definitiva, Marlin es el único personaje serio y con problemas reales en la mayor parte de las escenas.

  • El protagonista es el único que está loco.

¿Os suena Mr. Bean? Lo que nos resulta gracioso de ese personaje es que se comporta de forma completamente extraña, sorprendiendo al resto de personajes y haciéndoles la vida imposible sin querer. Destaca sobre los demás porque es el que está más loco. Otro ejemplo de esto podría ser Johnny English o Zoolander.

Por ejemplo, en la película de comedia ‘Superagente 86’ los personajes principales son el protagonista, que no para de meter la pata de forma graciosa, y su compañera, que es la seria y profesional del equipo. Esta combinación es contraria a la de buscando a Nemo, donde el protagonista es el serio y Dory, su compañera, es la que lleva el peso de la comedia.

  • Todos están un poco locos. 

Es una de las opciones más elegidas también, ya que en ella casi todos los personajes principales están locos en DIFERENTES GRADOS. De forma que todos tienen potencial de comedia y a su vez de comportarse de forma normal en los momentos más adecuados. En este caso, la historia o las escenas funcionan porque, aunque todos los personajes están locos, SIEMPRE habrá uno que hace del ‘normal’ en ese preciso momento.

Por ejemplo:

En ‘The office’, hacen un curso de primeros auxilios. Nadie sabe qué hacer para reanimar a una persona y empiezan a sugerir y hacer auténticas locuras. Todos están como una cabra, menos la monitora del curso de primeros auxilios, que les mira con cara de espantada.

Puedes ver el video de la escena completa en Youtube, tiene 31 millones de visualizaciones y utiliza el método de comedia del milking, es decir, amontonar cosas graciosas una tras de otra: https://www.youtube.com/watch?v=Vmb1tqYqyII

Cómo escribir diálogos en comedia: ¡próximamente! 

 

Por admin

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