Cuáles son los 5 grandes errores que todos los editores encuentran en los manuscritos que les llegan, y cómo corregir esos fallos si tu historia los tiene.
Los editores están cansados de ver los mismos problemas en los manuscritos que les llegan. Pero no solo son ellos, estos problemas se pueden apreciar en la tele, en películas, y en básicamente cualquier lugar en donde se cuente una historia. Podemos decir que hasta los mejores autores cometen este tipo de errores, así que vamos a explicar cuáles son y cómo evitarlos.
Los 5 grandes errores:
- Poca iniciativa de los personajes.
- Los obstáculos impersonales.
- No hay arco de personaje.
- Romance forzoso o sin conflicto.
- Finales largos o anti climáticos.
1. Poca iniciativa de los personajes (especialmente del protagonista)
¿Qué es la iniciativa? Es la habilidad que tiene un personaje de tomar decisiones que afectan sobre la historia. Un protagonista con iniciativa se convierte en un personaje activo, no pasivo. Mueve el plot, hace que las cosas pasen, incluso podría decirse que el plot existe como consecuencia de las acciones de este personaje.
Vamos a poner un ejemplo de un personaje con iniciativa:
En Los increíbles, Mr. Increíble es un buen hombre, un héroe -nunca mejor dicho- pero aún así, él es el causante de TODO: de que los héroes sean considerados peligrosos, y de qué Síndrome se convierta en un villano y quiera destruir la ciudad.
La historia existe gracias a que Mr. Increíble existe y hace acciones que tienen grandes consecuencias en la trama. Sin él, no hay historia, y eso es debido a que participa activamente en ella y hace (voluntariamente o no) que las cosas ocurran.
Ahora un ejemplo de personaje sin iniciativa:
Una historia sobre una chica a la que le hacen bullying: la chica no se defiende, no sabe qué hacer hasta que llega un chico nuevo que se lo soluciona todo y que siempre la defiende del bullying. La chica nunca hace nada, es una protagonista sin iniciativa. Tanto el novio como los bullies tienen más iniciativa que ella. Este tipo de protagonista es alguien a quien los lectores suelen odiar por su pasividad.
¿Cómo arreglarlo?
Piensa en los villanos. Ellos siempre son personajes activos. Tienen que hacer el mal, es su trabajo en la historia, y eso les hace necesarios. ¿Por qué hay villanos que son más interesantes que los héroes? Porque los villanos tienen iniciativa, son los que pegan los golpes, mientras que hay héroes que no tienen iniciativa y sólo los reciben. Un buen protagonista no solo debe reaccionar ante todo lo que le lances, sino que tiene que hacer cosas para cambiar el curso de la historia.
Tu protagonista debe ser necesario. No solo puede reaccionar, tiene que ACTUAR. ¿El antagonista no para de hacerle la vida imposible y tu protagonista tiene que esquivar los golpes? ¡Que cambie! Haz que tome la iniciativa por cuenta propia y cambie su destino. No puede ser una marioneta de la trama para siempre.
En las novelas sobre casos de detectives, los protagonistas suelen ser marionetas de la trama. Existen únicamente para resolver un caso que les has puesto delante, por lo que no tienen mucha iniciativa. En estos casos, debes buscar formas de darle más autoridad, relevancia y necesidad a tu protagonista. Por muy interesante que sea el caso que tiene que resolver, la trama no puede ser más fuerte que los personajes, al final, ambos deben ser iguales.
2. Obstáculos impersonales.
Ocurre cuando los problemas de la historia *parece* qué son importantes, pero no lo son, o sí que son importantes, pero no para el protagonista.
- *parece* qué son importantes, pero no lo son: El protagonista se ha levantado tarde, y si no llega a clase a tiempo no podrá hacer un examen importante. El escritor puede pensar que es un problema importante (en la vida real podría serlo) pero para una historia, la verdad es que es un problema soso que da bastante igual. Es un obstáculo aburrido, no emotivo, e impersonal.
- Sí que es importante, pero no para el protagonista: Suele ocurrir en historias de superhéroes, donde el obstáculo es que van a destruir el mundo y el protagonista debe evitarlo. Es un problema importante, sí, pero no es personal ya que afecta a todo el mundo y a nadie le gustaría que destruyeran el mundo. Es un problema genérico que no nos dice nada especial del protagonista.
¿Cómo arreglarlo?
El truco es pensar que el protagonista tiene que decir en algún punto, “Esto ya es personal, aquí me pongo serio.”
Por ejemplo, en la serie de televisión El Mentalista, el protagonista en cada capítulo resuelve un caso de asesinato. Visto así, es un obstáculo impersonal. Los casos afectan personalmente a las víctimas, no al protagonista. ¿Cómo lo arreglan? Hay dos formas:
- Darle un objetivo personal global que te mantiene intrigado:
Un asesino en serie ha matado la familia del protagonista. El protagonista resuelve otros casos con el objetivo de encontrar pistas sobre el paradero de ese asesino en serie. Es un asunto MUY personal, y aunque ayude en casos que no están relacionados, siempre recibe pistas sobre el paradero del asesino que le interesa, por lo que la historia siempre te mantiene al acecho.
- Crear o encontrar algo personal en cada caso:
Los casos no afectan al protagonista de forma directa, pero sí de forma personal: Por ejemplo, cuando muere una víctima, el protagonista se hace amigo de su hermana, ya que él sabe cómo se siente el perder un ser querido. Ahora que ha creado un vínculo afectivo con la hermana, los policías deciden culpar a la hermana por el asesinato. El protagonista, obviamente, sabe que no es verdad y debe evitarlo. Aquí, hemos pasado de un caso impersonal, a un caso personal gracias a que hemos hecho que al protagonista le importe emocionalmente la víctima.
Importante recordar:
- Cuando pongas un objetivo externo: ej. salvar la ciudad, encontrar un tesoro, volverse famoso, etc.
- Únelo con un objetivo interno: quiere salvar la ciudad para demostrar que no es un don nadie como siempre le han dicho que era, quiere encontrar un tesoro porque es la única forma de demostrar la inocencia de su padre, quiere volverse famoso porque se siente solo y cree que la fama le hará feliz.
3. Arco de personaje
Los arcos de personaje son el corazón de las historias. ¡Son muy importantes! Ocurre cuando un personaje empieza la historia en la casilla 0, y acaba la historia en la casilla 100, o por el contrario, empieza en la casilla 100, y acaba en la 0. Como puedes ver, lo importante es que haya un CAMBIO. Tanto para bien, como para mal.
Por ejemplo, el personaje empieza egoísta, y acaba sacrificándose por alguien.
Cuando un personaje cambia, le demuestra al lector que la historia es lo suficientemente importante como para hacer cambiar a alguien (al personaje, y con suerte incluso a los lectores)
Ejemplo de un buen arco de personaje:
En las películas de Thor, Loki empieza siendo alguien con poca autoestima, que busca el amor de su padre, y que envidia a su hermano hasta el punto de intentar matarlo varias veces. Después de perder la batalla contra su hermano, el egoísmo de Loki provoca que maten a su madre y, posteriormente, a su padre. Antes de morir, el padre dice que ve a Loki como su hijo, y Thor también admite que nunca ha odiado a Loki. Con todos estos sucesos, Loki se da cuenta de que estaba equivocado, de que es querido y, finalmente, se sacrifica para salvar a su hermano Thor.
Es un personaje que pasa de querer matar a su hermano, a morirse por él, y todo el proceso -arco- de llegar a un punto hasta el otro, es comprensible, emocional y correcto.
Ejemplo de un mal arco de personaje:
En la serie de Juego de Tronos, Jaime Lannister empieza siendo un hombre que tiene una relación de dependencia insana con su hermana. Es egoísta, no le preocupan los demás, y hace todo lo que le pide la hermana. A lo largo de la serie, es capturado, torturado, y conoce a una chica mucho más alta y fuerte que él. Lentamente, se va haciendo mejor persona y hasta abandona a su hermana, que aún se ha vuelto más cruel. Al final, Jamie ha crecido como persona solo para que… en el último capítulo, decida ser cruel y volverse con su hermana para ser manipulado y morir con ella. Esta regresión es extraña, forzada y tira por tierra un arco de personaje que era bueno.
¿Cómo arreglarlo?
Observa a tus personajes. ¿Han cambiado a lo largo de la historia? ¿Lo que les ha sucedido les ha obligado a cambiar su forma de ser o ver las cosas para adaptarse y mejorar -o empeorar- como personas, o siguen igual? Si siguen igual, es porque la historia no está siendo lo suficientemente fuerte como para cambiarlos o afectarles, por lo que o bien es aburrida, o los personajes no tienen una personalidad muy definida.
4. Romance forzoso o sin conflicto.
Un romance forzado es cuando dos personajes están juntos y el lector se extraña porque realmente no tiene sentido que estén juntos. No hay sentimientos, química, ni nada de por medio que te haga pensar que esa elección tiene sentido. Parecen dos marionetas a las que el autor ha juntado y a dicho ‘Os ha tocado porque sí’.
Por otro lado, un romance sin conflicto ocurre cuando una pareja se junta y los problemas que tienen son, o muy superficiales, o muy típicos, como enfadarse continuamente por malentendidos que podrían ser fácilmente resueltos.
¿Cómo arreglarlo?
En el caso del romance forzoso, lo más rápido es preguntarle a amigos o conocidos qué piensan de la relación de esa pareja. Para un autor, puede ser difícil de distinguir si su romance está bien o no, pero para alguien externo estas cosas se notan enseguida.
Si el romance resulta ser forzoso, intenta escribir más interacciones entre esos personajes, demuestra que hay tensión sexual y/o romántica entre ellos, haz que tengan puntos en común, pero que también sean opuestos y discutan sobre temas en los que no coinciden.
Una buena forma de dar conflicto a una pareja sin depender de los malentendidos es darles objetivos diferentes.
Por ejemplo, para Marta es muy importante convertirse en la heredera de la compañía de sus padres, ha sido su sueño desde siempre. Jonathan, su esposo, quiere lo mejor para Martha, pero descubre que la empresa es corrupta, y no sabe cómo convencer a Martha de que debe sacar los secretos a la luz aunque eso haga caer a la familia y a la empresa en desgracia.
Otro ejemplo es que dos personajes están profundamente enamorados, pero por problemas externos de la trama no pueden reunirse, y cuando lo hacen, surge algún problema que los separa de nuevo, aunque está vez internamente. En Piratas del Caribe, Will y Elizabeth pasan la mayor parte del tiempo separados, y cuando se reúnen, Elizabeth decide matar a Jack para salvar al resto y se lo oculta de Will, que piensa que Elizabeth estaba en realidad enamorada de Jack. En este caso tenemos un malentendido que es correcto porque es difícil de solucionar: no es fácil para Elizabeth revelar que ha matado a Jack, y la culpa que siente por su acto confunde a Will.
5. Finales demasiado largos o anti climáticos.
Ocurre cuando una historia alarga el final de forma exagerada, haciendo que esas últimas páginas quieras pasarlas corriendo porque realmente ‘ya te da igual y quieres que termine’ o cuando el gran problema de la historia se resuelve de forma poco ingeniosa y muy simple, dando una sensación al lector de “¿En serio, tanto drama para esto?”
El primer final te quita la emoción del desenlace de la historia al alargarlo demasiado, y el segundo final te causa una sensación de pereza por parte del autor, y de haber perdido el tiempo leyendo la obra.
Ejemplo de final demasiado largo:
En ‘Cascanueces’ Clara se despierta y se da cuenta de que el Cascanueces y todos los muñecos que había conocido eran un sueño. Se pone a llorar porque es como si hubiese perdido a un ser querido, y cuando va a buscar a su tío en la tienda de juguetes, descubre que hay un chico idéntico al Cascanueces. Ambos se miran, parecen reconocerse, se sonríen, y la historia termina. Este es un final de longitud perfecta.
En general, es recomendable acabar las historias en el momento más emotivo o sorpresivo posible que ocurre después de que se resuelva el gran problema al que los personajes tenían que enfrentarse.
Si de pronto Clara empezara a hablar con el Cascanueces, le preguntara qué hace allí, y el libro empezara a hablar de lo que hicieron después durante 20-50 páginas, el final se alargaría y ya no causaría la misma sensación que el clímax perfecto de la historia original. Por ello, hay que saber cuándo parar.
Ejemplo de final anti climático:
En la película de La colina de las amapolas, de Ghibli, la historia trata de cómo una chica y un chico de instituto se van enamorando lentamente, y de repente descubren que son hermanos. Durante el resto de la película, ambos chicos se alteran y no saben qué hacer, se evitan, e intentan reprimir sus sentimientos. Al final, un hombre que no ha aparecido en toda la película les dice que el padre y la padre del chico eran otras personas, que realmente no son hermanos.
Esta solución es muy poco anticlimática y da la sensación de que el problema se resuelve de forma muy sosa y poco ingeniosa, simplemente un desconocido les arregla el problema y ya está.