¿Qué es un cliffhanger?
La palabra cliffhanger -que significa colgado de un precipicio- es una técnica narrativa que se usa al final de una escena o al final de un capítulo para generar suspense y enganche, de forma que el lector se ve obligado a seguir leyendo para saber qué va a pasar. Si pensamos en su significado, tiene mucho sentido: Imagina que un capítulo termina con un personaje colgando de un acantilado, ¿No vas a tener ganas de leer el siguiente para ver si cae o no?
El cliffhanger puede ser una imagen, una escena, una frase, o incluso una única palabra.
Para ayudarte a acabar tus capítulos de la mejor forma y dar ganas a los lectores de leer más, vamos a describirte y dar ejemplos de los tipos de Cliffhanger que puedes usar al final de cada capítulo:
1. Se revela información nueva que deja en shock al lector:
Durante una historia, vamos revelando nueva información diferente (al protagonista le gusta la música, el protagonista debe dinero, el villano es el padre del protagonista, etc.) siempre habrá información más interesante e inesperada que otra, por lo que es importante saber cuál es la que vale la pena revelar al final del capítulo.
Ejemplo: pensábamos que el protagonista era un chico, y al final del capítulo… ¡¡revela que es una chica!! -> queremos seguir leyendo para saber qué va a pasar y cómo ha llegado allí.
Otro ejemplo: Pensábamos que un personaje había muerto, pero 20 capítulos después el personaje aparece de la nada. “¿Me echabais de menos?” dice, y acaba el capítulo -> la revelación de que está vivo nos obliga a continuar leyendo para saber cómo sobrevivió.
2. Ocurre una situación muy inesperada.
Es cuando el capítulo termina con una sorpresa muy repentina que el lector no esperaba, pero no porque se revele información nueva, sino porque ocurre un giro inesperado en la escena. En este caso, el lector queda en shock y decide seguir leyendo para saber la consecuencia de esa situación inesperada.
Ejemplo: Dos personajes han estado luchando juntos en una batalla y han ganado. Se van a abrazar para celebrarlo, pero entonces uno de ellos acuchilla al otro. -> Queremos seguir leyendo para saber porque ha hecho eso, ¿Por qué ha traicionado a su compañero? ¿El otro personaje va a sobrevivir?
3. Están a punto de revelar información MUY importante (pero NO la revelan).
Es cuando un personaje está a punto de decir algo, pero el capítulo se termina antes de que pueda decirlo, obligando al lector a seguir leyendo para saber qué es lo que iba a decir. No es necesario que sea un personaje, también puede ser una persona que está a punto de abrir un tesoro, y el capítulo termina antes de que sepamos que había dentro.
Ejemplo: En una historia romántica, la protagonista ha estado ocultando sus sentimientos mucho tiempo, pero decide finalmente declarar su amor al chico que le gusta. El capítulo termina cuando ella se acerca a él, y le dice “Tengo algo muy importante que decirte.” -> Seguimos leyendo porque sabemos que se va a declarar y tenemos muchas ganas de verlo.
Otro ejemplo: En una historia de zombies, después de luchar y escapar durante horas, un personaje le pregunta a otro si le ha mordido algún zombie. El otro mira al suelo, cierra los ojos, y suspira. “La verdad es que-” y termina el capítulo. -> Queremos seguir leyendo para ver si le ha mordido el zombie o no.
4. Se revela un nuevo lugar o personaje que causa interés.
A diferencia del primer tipo (en el que se revela información nueva que deja en shock al lector) esta versión es algo menos intensa, ya que da una nueva información, sí, pero ésta no causa shock, sino cierto aumento de interés.
Por ejemplo: Un grupo de amigos ha estado escondiendo un asesinato del resto del mundo y nadie les ha descubierto hasta ahora. Todo parece ir bien, pero el capítulo termina con la profesora anunciando que ha llegado un nuevo alumno a clase en medio del curso. El chico nuevo se presenta ante la clase, y sonríe de forma misteriosa. El capítulo termina aquí.
En esta versión simplemente se presenta un nuevo personaje, pero dependiendo de cómo sea esa presentación y el contexto, podemos generar curiosidad al lector sobre ese nuevo chico e interés en seguir leyendo para conocerlo mejor. Repito, el personaje debe causar cierto interés y tener un aura interesante, si el capítulo termina con la introducción de un personaje cualquiera como el panadero de al lado de la esquina, pues no va a generar mucho interés, la verdad.
5. Resumen de los 4 tipos.
Para que puedas entender mejor lo que se ha explicado anteriormente, vamos a demostrarte como una misma historia puede tener los 4 tipos de finales de capítulo con cliffhanger:
- Se revela información nueva que deja en shock al lector: Le dicen al protagonista que un avión va a colisionar en el edificio donde trabaja su mujer. El protagonista queda en shock. Acaba el capítulo.
- Ocurre una situación muy inesperada: El protagonista trabaja tranquilamente cuando de pronto, en las noticias, ve como un avión se ha estrellado en el edificio donde trabaja su mujer. Se queda en shock. Acaba el capítulo.
- Están a punto de revelar una información muy importante (pero no la revelan): El protagonista, desesperado, pregunta si su mujer ha sobrevivido a la colisión del avión. La persona está a punto de responderle, pero acaba el capítulo.
- Se revela un nuevo lugar o personaje que causa interés: La mujer ha muerto. El protagonista se siente destrozado, no sabe qué hacer, hasta que alguien entra en su casa y se presenta. Es un inspector que quiere contar con la ayuda del protagonista para encontrar al criminal. El capítulo acaba aquí.
Gracias a este ejemplo hemos podido apreciar como se pueden tener diferentes tipos de cliffhanger en una misma situación. Todos los finales del capítulo son diferentes entre sí, pero a su vez te dejan con mucho suspense, con ganas de seguir leyendo. Además, esto solo es un ejemplo, pero se puede extrapolar a cualquier tipo de historia y situación.
Ejemplo de cómo un buen o mal cliffhanger afecta a una historia:
- Mal final de capítulo – SIN CLIFFHANGER:
Capítulo 1: Ana va a su casa, se pone a jugar a la play, come con su familia y se va a dormir.
Capítulo 2: Ana se despierta en medio de la noche porque ha oído un ruido. Hay alguien en su casa.
En el capítulo 1 no hay nada de suspense, acaba con Ana durmiendo tranquilamente. No pasa nada interesante durante la vida de Ana que nos haga querer seguir leyendo porque es una rutina sin sorpresas. En el capítulo 2 se empieza a poner interesante, sí, pero el capítulo 1 es lo que llamaríamos un inicio muy lento que puede hacer que los lectores abandonen la historia, ya que no se les da ningún motivo para continuar.
- Buen final de capítulo – CON CLIFFHANGER:
Capítulo 1: Ana va a su casa, siente como si alguien la siguiera, pero piensa que es imaginación suya. Se pone a jugar a la play, come con su familia y por un segundo, ve una silueta observándola desde la ventana, pero cuando vuelve a mirar, no hay nadie. Se va a dormir y, a medianoche, un ruido la despierta. Se levanta, baja las escaleras, y ve que hay luz en el salón. Está a punto de abrir la puerta y… Se acaba el capítulo.
Capítulo 2: Se revela quién era la persona que había estado observando a Ana.
A diferencia del primer ejemplo, en esta historia creamos suspenso en el lector desde la primera escena, ya que le damos a entender que hay alguien observando a Ana desde el inicio de la historia. El lector sigue leyendo porque sabe que va a pasar algo, y cuando está a punto de descubrir quién es la persona que observaba a Ana, acaba el capítulo, de tal forma que se ve obligado a seguir leyendo para saber más.
Como puedes observar, no solo es importante terminar el capítulo con un cliffhanger, sino que a lo largo del capítulo hay que poner pequeños detalles de suspense para mantener la atención del lector.
Ese último punto es esencial en todas las historias, tienes que recordar que el suspense al final del capítulo es algo bueno, pero para hacerlo aún mejor siempre debería haber pequeños puntos de intriga y curiosidad a lo largo de toda la trama para mantener al lector curioso y con ganas de saber que va a pasar.
*Sabías que…
Un cliffhanger puede ser algo tan pequeño como una sola palabra, un solo adjetivo, o una sola frase.
A veces, cuanto más corta es la frase o descripción, más bueno es el cliffhanger, ya que con solo una palabra puedes hacer que al lector se le pongan los pelos de punta. Es algo difícil de conseguir, y seguro que hay lectores que ni lo pillan al momento porque estaban distraídos, pero generalmente esos son los mejores tipos de cliffhanger. Esta descripción puede parecer complicada, así que presento un ejemplo de cada tipo:
- Intriga con un solo adjetivo/palabra:
“Daniela fue de vacaciones a un extraño pueblo con su novio, para intentar reencontrar su sonrisa, que hacía tiempo que había perdido debido a la muerte de sus padres. Lo que no se esperaba era que su novio cada vez la tratara de forma más fría. ¿Estaba en peligro su relación? Daniela intentó evitar pensar en ello mientras participaba en las actividades culturales de ese pueblo singular, intentó no pensar en ello mientras observaba como una local le hacía ojitos a su novio, y él le correspondía pensando en que Daniela no se daba cuenta. Intentó no pensar en ello mientras los locales arrastraban a su novio a un lugar oscuro y lo encerraban para sacrificarlo a su extraño Dios.
Daniela intentó no pensar en ello y simplemente…
Sonrió.”
Con este solo adjetivo, damos a entender que Daniela no es una chica normal. Han asesinado a su novio, y en vez de tener miedo o huir, ha sonreído. Se alegra de que su novio infiel muera. Si el lector lee esto, es posible que se sienta intrigado por la inusual locura de Daniela y quiera seguir aprendiendo más sobre ella.
- Intriga con una sola frase:
“Mientras las bombas caían sobre Delamar, una ciudad inocente, Jack se preparó para dar las noticias matinales. En su vida, Jack siempre había sido de los que protegían a los inocentes, de los que odiaban las guerras, se rebelaban contra las injusticias, el poder, y la avaricia. Jack era un buen hombre, pensó Julia, mientras miraba las noticias, esperando a que Jack le dijera a todo el mundo el horror que se estaba produciendo en su País.
Esa mañana, Jack dijo que hacía un día espléndido en Delamar.”
Con una sola frase, y de forma intencionalmente indirecta, hemos explicado que Jack ha caído en las manos del sistema. No va a ayudar a Julia, la ha traicionado.
¿Todos los capítulos tienen que terminar con cliffhanger?
No necesariamente, hay capítulos que simplemente pueden acabar con los personajes celebrando una fiesta, felices, sin sorpresas, ni imprevistos (es importante que tengan momentos de calma antes de que llegue la tormenta) pero también es verdad que todas las series de moda a los que la gente se engancha acaban con capítulos en cliffhanger. Son ese tipo de series llamadas ‘maratoneras’ porque la gente no puede parar de verlas.
Justo por ese motivo, podemos replantearnos lo siguiente: Sí sabemos que el cliffhanger hace que el lector siga leyendo, ¿Por qué no usarlo siempre? Cada vez que acabemos un capítulo haremos que el lector diga ‘¡Maldita sea!’ mientras pasa a la siguiente página y, al fin y al cabo, ¿Existe algo mejor que un lector incapaz de dejar de leer nuestra historia?
¿Cuándo evitar el cliffhanger?
- Cuando queremos dejar respirar a los personajes:
Esto ya es una cuestión personal, pero a veces hay que dejar respirar las historias y los personajes. ¿Qué significa eso? Que si tus personajes han pasado por un infierno, han luchado con malvados, y finalmente logran llegar a casa sanos y salvos… Déjales descansar.
Imagina que llegan a casa, y de pronto alguien les llama diciéndoles que tienen un nuevo trabajo y el capítulo acaba así. ¿El lector va a querer saber cuál es la siguiente aventura? ¿O se sentirá cansado de que haya tanta acción y va a dejar el libro una temporada?
Al escribir estos finales, es importante pensar en el lector y en los personajes.
Así pues, generalmente evitaremos los cliffhangers después de que haya habido escenas muy intensas de acción o sufrimiento. (a no ser que queramos hacer sufrir al público y a los personajes 24 horas 7 días a la semana, ahí cada uno.)
- Cuando queremos transmitir una sensación tierna, positiva, triste, de victoria, de derrota, etc. al final del capítulo, no de sorpresa o intriga.
Los cliffhangers al fin y al cabo son un sinónimo de sorpresa o suspense. A pesar de que es una forma muy fácil de obligar al lector a seguir leyendo, muchas veces vamos a querer acabar el capítulo con una sensación diferente.
Para dar una idea, generalmente se recomienda poner cliffhangers en los primeros capítulos para enganchar al lector, y a medida que nos adentramos en la historia, el lector le coge el gusto a los personajes y a la trama, ya no es tan necesario ayudarse de esta técnica narrativa.