El conflicto: el principal detonador de todas las historias.
Como dice la palabra, el conflicto es un problema. Pero no un problema cualquiera, sino el super problema en torno al que va a girar TODA la historia. Si no hay conflicto, no hay trama.
Para expresarlo mejor, generalmente cuando empezamos una historia la solemos empezar por ‘Había una vez un protagonista (una tortuga), tenía una vida rutinaria hasta que un día [CONFLICTO]’ (tuvo que enfrentarse en una carrera contra una liebre)
Como vemos, el conflicto es el problema o detonador con el que el lector o el espectador se empieza a interesar realmente por la historia. Muchas veces se dice que la historia no ha empezado realmente hasta que no Si el conflicto es malo, entonces todo suele ir cuesta abajo.
¿Qué es un conflicto débil?
Es cuando el GRAN problema en el que gira en torno la historia es aburrido, poco importante, sin consecuencias reales, impersonal, ilógico, no le importa al lector, o no le importa al protagonista ficticio.
Ejemplo de conflicto débil:
Conflicto: El protagonista tiene alergia al chocolate y no puede comerlo.
¿Le importa al espectador? Realmente no. ¿Y qué si no puede comer chocolate? No le va la vida en ello, tiene otras opciones.
¿Le importa al personaje? A no ser que el protagonista tenga una insana obsesión con el chocolate, entonces no, no le importa mucho. (Si el protagonista tuviera una obsesión real con ese alimento, el conflicto ya sería más fuerte, porque sería un asunto personal y, para la mentalidad del personaje, la vida si le iría en ello. Aún así, seguiría siendo un conflicto bastante débil y extraño.)
Ejemplo de conflicto fuerte:
Conflicto: Han secuestrado al hijo del protagonista.
¿Le importa al espectador? Sí, es un problema muy extremo y del que podemos sentir empatía. Entendemos que el padre debe sentirse devastado y queremos que tenga éxito y recupere a su hijo.
¿Le importa al personaje? Por supuesto. Es un conflicto extremadamente personal. El padre está desesperado, es lo peor que le ha pasado en la vida y hará lo posible por encontrar a su hijo.
Entre estos dos ejemplos, podemos apreciar dos diferencias: El malo, es un conflicto impersonal, poco emotivo, aburrido y que no tiene consecuencias reales. Mientras que el bueno, es un problema muy personal y emocional. El protagonista se enfrenta a un conflicto muy difícil.
Siempre ten en cuenta estas preguntas a la hora de definir tu conflicto:
- ¿El conflicto afecta de forma personal a tu protagonista? ¿Por qué?
- ¿El conflicto tiene consecuencias relevantes para tu protagonista?
- ¿El conflicto pilla el interés de las personas cuando cuentas la idea de tu historia, o les deja fríos?
- ¿El conflicto tiene una solución muy fácil, o es difícil de superar?
- ¿El conflicto que has puesto es lo peor que le podría haber pasado a tu protagonista en específico?
- ¿El lector o espectador puede identificarse con el conflicto y el personaje que lo sufre?
Ejemplo:
Para que no pienses que los conflictos siempre tienen que ser cosas muy exageradas y que van de vida o muerte, vamos a poner el ejemplo de una historia de comedia romántica:
Conflicto: Una adolescente escribió cartas de amor a todos los chicos de los que se enamoró cuando era más joven, pero nunca las llegó a mandar. Ahora descubre que alguien las ha mandado en su lugar y el chico que le gusta actualmente la ha recibido.
- ¿El conflicto afecta de forma personal a tu protagonista? ¿Por qué?
Este conflicto gira completamente en torno a nuestra protagonista, ya que alguien ha expuesto sus más profundos sentimientos a las personas que ella no quería que lo supieran.
- ¿El conflicto tiene consecuencias relevantes para tu protagonista?
Las consecuencias son emocionales: vergüenza, estrés y ahora que sus sentimientos han sido expuestos, es posible que el chico que realmente le gusta la rechace.
- ¿El conflicto pilla el interés de las personas cuando cuentas la idea de tu historia, o les deja fríos?
Es un conflicto anecdótico, divertido. ¿Qué pasaría si toda la gente que te ha gustado recibiera tu carta de amor? Te morirías de vergüenza. Este conflicto genera emoción y ganas de saber cómo la protagonista sale de ese marrón.
- ¿El conflicto tiene una solución muy fácil, o es difícil de superar?
Las cartas ya han sido recibidas así que ese conflicto no tiene solución, ahora todo depende de cómo actúe el personaje para mitigar los daños. Así pues, la solución es bastante difícil.
- ¿El conflicto que has puesto es lo peor que le podría haber pasado a tu protagonista en específico?
Por supuesto. Hablamos de una chica que nunca ha tenido novio y siempre se ha guardado sus sentimientos en forma de cartas de amor. Que esas cartas hayan sido enviadas es lo peor que le podría haber pasado.
- ¿El lector o espectador puede identificarse con el conflicto y el personaje que lo sufre?
Aunque a nosotros nunca nos haya pasado lo mismo que a la protagonista, es fácil identificarnos con la vergüenza del personaje, porque todos nos hemos enamorado y nos podemos imaginar lo horrible que sería que esos sentimientos guardados salieran a la luz de repente. Es un conflicto muy humano.
A partir de ahora, cada vez que escribas una historia y tengas que decidir cuál será el conflicto principal, hazte estas preguntas e intenta resolverlas todas. Si ves que alguna no la puedes responder, reflexiona el por qué e intenta replantearte el conflicto de otra forma.
Ejemplos de conflictos que solo al decirlos ya nos llaman la atención:
- Una chica tímida y que siempre pasa desapercibida descubre que es la princesa de un país entero.
- Una mujer a la que han secuestrado su hijo descubre que el hijo que le ha devuelto la policía no es el suyo.
- Un niño nace y al poco tiempo descubren que tiene una condición que le hace pasar de viejo a joven.
- Un millonario playboy que vende armas es secuestrado por la misma gente a quien le vendía sus armas.
- Una chica que siempre se ha vestido de forma hortera es contratada por la mayor revista de moda.
Cuando expliques tu historia, intenta resumir el conflicto con una sola frase, como en las anteriores. ¿El tuyo suena igual de interesante?
Tipos de conflictos: Interno y externo
Existen dos tipos de conflictos: El interno y el externo.
- Conflicto Interno: Es un problema personal, psicológico y mental que tiene el protagonista. A primera vista puede no ser muy obvio, pero a través de sus acciones y comportamientos vemos que ese problema interno le causa una dificultad en su vida.
Por ejemplo:
Marlin, el protagonista de Buscando a Nemo, es un padre sobreprotector. Debido al trauma de perder a su esposa e hijos, se ha vuelto en alguien que tiene miedo de que a su hijo le pasen cosas malas. No le deja hacer nada, no confía en él, el miedo le ciega. Ese es su conflicto interno, que es incapaz de dejar de preocuparse excesivamente por su hijo, provocando que su relación no sea buena.
- Conflicto externo: Es el conflicto más ‘obvio’,físico y tangible de una historia. Un conflicto externo puede ser un tornado, un tiburón, un villano, un jefe déspota, la sociedad, un monstruo, el destino o incluso la tecnología, pero siempre es algo que no procede del interior mental del protagonista.
Por ejemplo:
El conflicto de Buscando a Nemo es que secuestran a Nemo. Es algo tangible y obvio que podemos ver, no se produce en la mente de Marlin.
En conflicto externo e interno siempre deben ir juntos y estar indirectamente relacionados.
Para una historia, es increíblemente necesario que existan los dos tipos de conflictos, y que además estén relacionados el uno con el otro. (Fíjate en como el conflicto interno de padre sobreprotector está claramente relacionado con el secuestro de su hijo.)
El conflicto externo siempre debe obligar al personaje a enfrentarse a su conflicto interno.
Por ejemplo:
El conflicto interno de Princesa por sorpresa: Mia, la protagonista, es tímida, no sabe hablar delante de la gente, es invisible en su instituto. Su conflicto interno es que es muy insegura y no sabe hacerse valer.
El conflicto externo de Princesa por sorpresa: Su abuela le revela que es una princesa, por lo que tendrá que aprender modales, hablar ante mucha gente, y ser observada por todo el mundo.
Como vemos, el conflicto externo está obligando a Mia a enfrentarse a su conflicto interno. Gracias a esta relación indirecta, la historia se siente más profunda, ya que Mia no solo tiene que aprender a ser princesa, algo superficial, sino que además debe aprender a creer en sí misma.
Si el conflicto interno de Mia hubiese sido ‘Es una madre sobreprotectora’… no habría tenido nada que ver con ser princesa. Habría una desconexión extraña entre lo que pasa en la historia, y los problemas internos de su protagonista.
*TIP: Una forma muy fácil de unir conflicto interno con conflicto externo es pensar: ¿Qué es lo peor que le podría pasar a mi protagonista teniendo en cuenta el tipo de persona que es?
Tomar en cuenta la personalidad del protagonista y ponerle un conflicto que sea su total enemigo va a unir ambos conflictos de forma natural y elegante.
Los antagonistas también pueden tener un conflicto interno y externo.
No solo el protagonista debe tener estos dos conflictos. Los personajes secundarios y antagonistas favoritos de los últimos años lo han sido porque también tenían ambos conflictos.
Loki de Thor, por ejemplo, tenía el conflicto externo de mantener a su hermano Thor alejado del trono para convertirse en rey, mientras que su conflicto interno era la inseguridad. Al descubrir que había sido adoptado, Loki quería demostrarle a su padre adoptivo que él también podía ser un hijo digno.